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Las que querais hablar conmigo, o darme vuestra opinion sobre lo que sea (se aceptan todas las criticas que tengais) o tengais alguna duda sobre la historia podeis encontrarme mandandome un mensaje a esta direccion: dreamerofthesilence@gmail.com Ahi os lo dejo (: Gracias.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Capitulo 4


“When you’re down and lost and you need a helping hand, when you’re down and lost alone the way, Oh, just tell yourself Ah… I’ll be OK.”

Grandes palabras de una gran canción, os diré, que algunas veces solo hace falta eso, confiarse de que todo va a seguir bien, de que todo irá tal y como tu has querido, pero otras veces, nada sale así.

Ya han pasado dos años, exactamente dos años desde que Alex murió… Mis padres dicen que se les ha pasado rápido, pero para mi, han sido los años mas duros de mi vida, los que mas me ha costado respirar, los que dormir por la noche era imposible, han sido días terribles que supongo que se repetirán por el resto de mi vida, porque para mi, estos dos años han sido los mas largos, supongo que es el efecto de la culpa que me invade dia y noche y apenas me deja descansar tranquila.

Ahora mismo, en el cementerio, en el lugar donde está la tumba de Alex, donde hay miles de rosas, amapolas, hortensias… de todas las flores imaginables, todas frescas, pero hoy es hoy, hoy es justamente dos años, hoy todos han venido a traerle flores, pero ellos no han estado aquí todos y cada uno de los sábados de todas las semanas como lo he hecho yo, con un ramo de flores en la mano y en la otra, depende del día mi bajo o mi cuaderno de recuerdos, que le voy leyendo poco a poco.

-Buenas tardes Alex…

Como todos los días la saludo y me siento con las piernas cruzadas en el césped que ha crecido al pie de su tumba, miro la lápida, la que todos los sábados leo, la que siempre me recuerda mi peor pesadilla: “ Alexandra Deason Streach 1992-2008 Muerta por la irresponsabilidad de otra persona, que aun sigue viva” Mas de una y dos veces ha estado esa lapida en las pesadillas que tengo cuando consigo dormirme, porque por el día no lloro, pero por la noche, lloro hasta secar las lagrimas que quedan dentro de mí. Mentiría si dijera que no me he intentado quitar la vida un par de veces cada vez que leía esa lápida.

-Hoy he traído el cuaderno…

Puede que me toméis por loca, y quizás lo estoy, pero hablar con ella cuando está muerta, aunque no me responda, me hace recordar cada respuesta que ella daría si  estuviera sentada a mi lado.

Abro el cuaderno y pongo la pagina por la que nos quedamos, estos son los mejores recuerdos que tenemos juntas, en realidad, el cuaderno era suyo, pero se lo quité un dia para leerlo y en mi casa se quedó. Empiezo a leer.

12 de marzo, 2006

Hoy hemos estado por primera vez en un lago que hay a las afueras de este pueblucho, nunca lo habíamos visto, pero es genial, el sol que pega desde el cielo, el agua fresquita… las hojas de los arboles que por esta época caen y crujen bajo nuestras pisadas, y sobretodo, la mejor compañía que se puede tener, mis amigos.

La idea fue de Mark, creo que lo encontró por uno de sus hermanos, que se traia aquí a las chicas para ligar, o eso tengo entendido…

Sea extendió la toalla al lado de la mía, aunque era césped, se estaba cómodo acostado allí, asique después de un rato tumbados, Mark decidió bañarse, y Sea se fue con el, como yo tenia la cámara empecé a hacerles fotos, algunas, como es costumbre en las que salian haciendo el tonto, pero felices, que eso es lo que importa. Cuando me cansé de hacer fotos enterré la cabeza en mis brazos, a ver si cojia algo de moreno y ya de paso me tapaba ese sol que tanto molestaba a los ojos, pero mi tranquilidad duró poquito, porque enseguida noté un cuerpo frio, mojado, encima del mio, recuerdo que grité.

-¡Mark! ¡Tio que estás frio!

Mark simplemente se rió y me cogió en peso para tirarme de lleno en el lago, el agua estaba super fría, pero ante la carcajada que soltó Sea acabé por reírme.

Empezamos a jugar con el agua, a capuzarnos, a hacer el tonto, y todo eso que se nos daba tan bien, hasta que se nos arrugó la piel demasiado y nos salimos. Mark cogió una guitarra, y a los primeros acordes que tocó ya sabíamos que canción iba a ser, asique Sea y yo empezamos a cantar.

“Hey everybody take a look around

Put your money where your mouth is

Take your eyes off the ground

We’ve got a hard day a coming

If we can’t work out

All the pissy little problems

That we’re fighting about”



De repente una mano se puso en mi hombro, sobresaltandome, hacienda que deje de leer ese trozo de cancion.

-Deja de culparte

-¿Qué haces aquí Mark?

-Vengo todos los sabados, igual que tu, pero no te molesto.

-Pues vale, me voy, es tu turno.

Me levanto tras cerrar el cuederno y poner las flores en su tumba, pero Mark me coge del brazo, haciendo que me gire violentamente.

-Sueltame

-¿Por qué lo haces?

-¿El que? ¿Por qué hago el que?

-Culparte

-Porque tengo la culpa

-No la tienes, ella se quería suicidar

-¿Y tu no la hubieras salvado?

-Si

-Pues yo no lo hice, dejé que se muriera

-No pudiste

-No morí

-No debías morir

-¿Y ella sí?

-Puede, eso no lo sabes

-Ni tú, asique metete en tus asuntos y déjame en paz.

Mark niega con la cabeza, mirando hacia el suelo, pero me suelta y yo salgo medio corriendo de allí.

La relación con Mark, que hasta hace dos años era de envidiar, se había roto, había dejado de existir, al principio intentábamos quedar, intentábamos vernos y que todo fuera igual, pero era imposible, siempre que quedábamos empezábamos a hablar de ella, empezábamos a decir razones por las que no queríamos vivir y otras por la que no merece la pena cortarse de un tajo las venas, pero siempre llegábamos al mismo punto, donde yo decía que me sentía culpable, y él me decía que no tenia porque, que en realidad, yo no había tenido la culpa de que el propósito de Alex se cumpliera, pero yo sabía que si, porque si hubiera empujado a Alex un poco mas hubiera podido llegar a los mandos, a los controles de aquel barco y quizás lo habría parado, pero no fue así, me rendí demasiado pronto.

Llego a casa con la respiración agitada, tengo muy claro lo que voy a hacer, quizás me intenten detener, aunque no lo conseguirán… ¿A quién quiero engañar? Nadie me va a querer detener. Abro la puerta y la cierro detrás mía de un portazo, corro hacia mi habitación, y, de debajo de la cama saco mi maleta grande.

Voy a irme, si, voy a irme de aquí, de este pueblo, de esta casa, me voy, tengo que escapar de las miradas acusadoras, de los susurros cuando paso por delante, de los falsos, de los ricos, de comerme la cabeza dia y noche, de todo, tengo que escapar de mi vida, de mi antigua vida, asique me voy, cojo mis cosas y me voy.

Meto todo lo que puedo en la maleta, la ropa, cepillo de dientes, peine, el dinero ahorrado, el cuaderno de Alex y las partituras de bajo. Cojo la funda del bajo y lo meto en ella, ya tengo todo lo que quiero, lo demás, lo dejo.

Bajo las escaleras esperando que nadie me oiga, no pienso despedirme de nadie, y mucho menos de nadie que me diga que me quede. Por suerte no encuentro a nadie en la puerta, ni en el jardín, asique corro hacia afuera dejando mi casa atrás, sin ninguna pena.

-¿Adonde te vas simplona?

Me doy la vuelta, esa voz… se quien es, es Darla, la barbie a la que siempre he odiado y la que ahora es la que más me culpa de todo por la muerte de Alex, como si eso le importara… Ahora se supone que fueron amigas, cuando en realidad se odiaban a muerte, pero a Darla, todo el mundo la cree.

-Creo que no te importa, metete en tus asuntos

-Primero asesinas a la que se supone que era tu mejor amiga y luego abandonas a tu familia, eres repugnante…

-¿Qué te importa a ti lo que hago? Asi me perderás de vista.

-Pero es que eres cruel eh…

-Cállate Darla

La miro a los ojos, amenazante, pero como siempre ella no para.

-¿Qué me vas a hacer? ¿Asesinarme como a Alex?

Me estoy poniendo de los nervios, las palabras no me salen, no puedo decir nada ¿Por qué? Porque aparte de saber que tiene razón, que yo asesiné a Alex, tengo tanta rabia contenida hacia ella que si hablo explotaré.

-¿Entonces me vas a matar? –ríe mirándome-

-Si no te callas puede

Se acerca a mi medio riendo, medio seria, con esa cara que tanto odio, y casi susurando, dice frente a mí:

-Eres una puta psicópata.

No sé cómo, no sé de donde saco la fuerza, ni cuando pasó, pero mi mano sale disparada, primero cerrándose en un puño, dando impulso hacia atrás y luego adelante, pegándole un puñetazo en la nariz, haciendo que Darla caiga hacia atrás y empiece a sangrarle. Me llevo las manos a la boca.

-Lo..lo siento..

Cojo mis maletas y todo lo que había dejado en el suelo y salgo corriendo de allí, dejando atrás a Darla quejándose y llorando porque le duele.

Ando hacia la parada de metro más cercana, que en realidad, de cercana tiene poco…

Voy por la mitad del camino, llevo una hora andando, no se como estos ricos pueden vivir asi… ¿Y si se les rompe el coche o algo? ¿Dónde están dos autobuses? ¿Y los trenes? Madre mia…

-Eh!

Me giro, no quiero más interrupciones en mi viaje, pero parece que las personas de este pueblo se unen una vez más para fastidiarme.

-¿Qué quieres Mark?

-No te vayas.

-¿Cómo?

-Que no te vayas a la ciudad…

-No, no, ¿Cómo sabes que me voy? ¿Cómo has sabido a donde iria?

-Te conozco, con eso me basta.

-Ya… Pues lo siento, tengo que irme.

-Pues voy contigo.

-No, gracias, viajo sola.

-¿Y cómo te las arreglarás?

-Como pueda.

Me doy la vuelta para seguir andando, con todo, para llegar hasta la estación de metro e irme. Y por supuesto, Mark me sigue.

-¿Y qué haré yo aquí solo?

-Te las apañarás.

-¿Sin ti?

-Sin mí.

-¿Y por que no me dejas ir contigo?

-Porque tengo que ir sola.

Mark se acerca y coge mi maleta ayudándome a llevarla, sé que no lo acepta, sé que le molesta que le diga que no quiero ir con él, se que se muere al verme marchar y no poder hacerlo él mismo, pero también sé que me apoyará siempre, y que respetará todas mis decisiones.

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