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sábado, 25 de junio de 2011

Capitulo 3

No creo en los milagros, porque se supone que siempre salvan a la persona indicada, y en mi caso, no lo hicieron.

Abro los ojos y un inmenso dolor de cabeza invadió mi cuerpo… Estaba en mi cama, en mi habitación ¿Pero por qué? No recuerdo haberme acostado… Tampoco recuerdo haber llegado a casa… Me llevo las manos a los ojos y me los froto, intentando despejarme. Pongo los pies en el suelo, levantándome no sin cierta dificultad, miro alrededor un segundo y avanzo hacia el salón, bajando con cuidado  las escaleras.
Paso por el salón, llegando a la puerta de la cocina, pero me paro, no entro, desde aquí puedo distinguir unas voces familiares.

-¡Hemos tenido suerte! –Dice mi madre
-Si, la verdad, pero ¿Cómo se les ocurrió? –Mi padre
-¡Es asi de tonta!
-¡No llames tonta a tu hermana!
-¡Aceptadlo! ¡Es rara!
-Solo es diferente…
-Si, claro, y se va en barco a suicidarse
-Eso es lo que nos ha dicho Mark

Ahora lo recuerdo todo, tendré que llamar a Alex, a ver si esta bien, porque el golpe que nos dimos no fue pequeño…
Ahora si que entro en la cocina, de golpe, nada de rodeos. Todos los presentes me miran, con miradas de alegría, de sorpresa y… ¿Odio? En realidad, la mirada de mi hermano no se que tipo de mirada es… pero nada buena.
Mi madre se acerca diciéndome: “estas bien” y me abraza, ¿Cómo que si estoy bien?

-¿Qué pasa?
-Que estas bien -Sonríe mi padre
-Ah…Tengo hambre mamá
-¿Quieres que te prepare algo de comer?
-Eh... sí, pero primero voy a llamar a Alex, a ver como está.
-Pero cariño, ¿No te acuerdas? Alex ya no está en casa…
-¿Está comiendo fuera? Bueno, luego la llamaré
-No, pequeña, Alex…
-Está muerta.

Cuando las palabras de mi hermano llegaron a mis oídos, mi primera reacción fue negar con la cabeza, firmemente, pero luego mi padre asintió apenado, y las lagrimas se arremolinaron en mis ojos, luchando por salir, retrocedí dos pasos, no podía ser, Alex tenía que estar viva, ella venia conmigo en el barco cuando nos estrellamos, ella no podía estar muerta si yo estaba viva.

-No puede ser…
-Pues lo es…

Noto como algo se rompe dentro de mi, no me lo creo, no puedo creérmelo, no, Alex no, ella no…Salgo corriendo, escapo, salgo a la calle con el pijama puesto, ¿Qué mas da? Se muere mi mejor amiga, se ha muerto, ¿Voy a preocuparme por la imagen?
Corro por la calle, aun no lo creo, seguro que esta esperándome con Mark en el parque, seguro… Todo está extraño, como si fuera de otro color, todo esta silencioso, demasiado silencioso, y ahora ese silencio me parece un sonido horrible, creo que le tengo miedo. Huyo, corro, quiero irme fuera de la realidad, quiero que Alex vuelva y verla sonreir, que cantemos otra vez juntas Fucking Perfect esa canción que tanto nos gusta de Pink, quiero que su melena dorada brille al sol junto con sus mechas rojas, quiero ver su piercing del labio levantarse cuando sonríe, la quiero, a ella, ahora, porque no puede estar muerta.
Llego al parque, pensando que seguro que está, pero en nuestro banco no hay ninguna chica palidita y rubia, solo está el chico moreno con el que tantos momentos hemos pasado.
Al oírme llegar, frenando y cogiendo aire con dificultad por la carrera, Mark me mira, algo se enciende en su mirada, creo que se alegra de verme, aunque me mira un poco extrañado, quizás porque voy en pijama.

-Sea…

Mark se levanta, se acerca a mi y me toca como si tuviera miedo de que me fuera a desvanecer en cualquier momento, cuando se da cuenta de que de verdad estoy allí, me abraza, con todas sus fuerzas.

-Alex, Alex…

Mark no respondió y yo no podía decir otra cosa, no podía, no me salían otras palabras, ella no estaba allí, abrazándome con Mark, no estaba en el banco, sentada en su sitio en el respaldo, no estaba jugando con las piedrecitas, tirándonoslas, no estaba, simplemente no estaba. En su lugar, había un espantoso, horrible y doloroso silencio, que se instalaba en mi corazón sin ánimo de irse.
Mark trata de tranquilizarme, con palabras que consuelan, pero no lo suficiente, y estoy convencida de que él está igual que yo.

-No puede… ¿Por qué ha muerto ella? ¿Por qué no he muerto yo?
-Ella era la que quería morir, no tu…
-Pero eso no es justo, ¡No es justo! Ella tenia todo, tenia una vida por delante, siendo como ella siempre quiso, ¡ella podría haber llegado a cumplir su sueño! Yo no tengo ningún sueño que cumplir, nada, ¡Tendría que haber muerto yo!
-No digas eso, tú no has muerto porque no había llegado tu hora.
-¿Y la suya sí?
-No lo sé, supongo que si.
-Pues yo no.

Me deshice de su abrazo como pude, salí otra vez corriendo hacia casa, todavía llorando. Entré en casa cuando mi hermano salía de su habitación. Me miró y sonrió de lado.

-¿Ya aquí?
-¿Y papá y mamá?

No podía parar de llorar, y eso, me molestaba mucho, pero era normal, al fin y al cabo, siempre había sido mi mejor amiga…

-Se han ido a dar el pésame, creo.

Sin decir más, subo a mi habitación y me quito el pijama, me visto con la misma ropa de siempre, no pienso ir de negro, porque no acepto todavía que esta muerta, asique, el negro queda descartado. Una vez vestida bajo corriendo, para variar, las escaleras y salgo de casa gritándole a mi hermano un: “ya volveré”.
Ando rápido hasta casa de Alex, la gente que ahora hay en la calle me mira de manera distinta que antes, algunos no, algunos siguen con su superioridad, pero otros me miran apenados y otros me miran como si yo hubiera tenido la culpa, porque es verdad, yo tuve la culpa.
Llamo al timbre de la casa de Alex, probablemente sus padres me odien por lo que le he hecho a su hija, y tienen todo el derecho del mundo. La puerta se abre, y veo una cabecita rubia asomar por ella.

-Hola Sea
-Hola Stella, ¿Están tus padres en casa?
-Sí, pasa.

Stella es la hermana pequeña de Alex, es igual que ella, y de mayor, sin duda va a ser como nosotros.
Entro en la casa, supongo que están en el salón, pero la puerta está cerrada, asique, para no molestar, llamo.
Me abre el padre de Alex, que me mira tristemente, me abraza, creo que es la primera vez que no me habla mal o que no me echa de su casa…

-Ten encuenta que Sofi está muy afectada, pero tranquila, que nosotros no te culpamos de nada, por lo menos yo.

Tras susurrarme esto y separarnos le miro a los ojos, y si, puedo ver que está siendo sincero, que él no me culpa de nada, aunque tampoco lo necesito, ya me culpo yo solita.
Entro en el salón, bajo la atenta mirada de todos y cada uno de los allí presentes. Sofi, la madre de Alex se levanta y se acerca a mi, me mira, con la mirada mas fría que me han echado en la vida.

-¿Qué haces tu aquí?
-Venia a decir…

No me dejó terminar, me pegó una bofetada, que escoció, que picó, que dolió, pero lo peor no fue el dolor físico, lo peor, fue, que esa bofetada me la dio por una razón, la razón de que yo maté a su hija, de que yo tendría que haber muerto y su hija no, su hija tendría que estar ahora donde estoy yo, con su madre.

-Lo siento…
-¿Qué lo sientes? ¡¿Qué lo sientes?! FUERA DE MI CASA –Sofi empieza a gritar como una loca, a gritarme a mi- ¿Te crees que con un “lo siento” mi hija va a volver? ¿Enserio lo crees? ¡Tendrías que estar muerta! ¡Tendrías que haber muerto tú, no ella! ¡Seguro que podrías haberlo evitado! Y encima, tienes la cara de venir aquí, y decirme que lo sientes… ¡Que lo sientes! –Empieza a llorar descontroladamente- ¡Eso no va a hacer que vuelva! ¡Porque está muerta! ¡MUERTA!

La madre da Alex cae de rodillas en la alfombra, las lagrimas que se arremolinaban en mis ojos han empezado a salir, porque no es porque me lo haya dicho, es porque sé, que es verdad, que tiene razón en todo, en cada dolorosa palabra. En el salón se instala un asqueroso silencio que tan común se ha hecho en este dia para mi, que de repente, no escucho mas que eso, silencio. Salgo del salón mientras mis padres me miran apenados y el padre de Alex intenta a levantar a su esposa, sin mucho éxito, me despido de Stella con un seco “Adios” y salgo a la calle, respirando el aire fresco que ahora quema en mis pulmones. Camino hacia casa, sé lo que ahora mismo tengo que hacer para desahogar el dolor que me corroe por dentro, lo único que tengo que hacer, es hablar por medio de la música, es gritar canciones con mi bajo entre las manos.
Cuando llego a mi casa y entro, mi hermano está en el salón viendo la tele y comiendo patatas fritas, ni le saludo, directamente subo a mi habitación.
Una vez tengo el bajo sacado de la funda, entre mis manos, lo cojo con delicadeza y me siento con las piernas cruzadas encima de mi cama. Solo se me ocurre una canción en este momento, asique empiezo a deslizar los dedos por los trastes, por las cuerdas de mi querido instrumento perfectamente afinado, mientras de él, salen los acordes de Silence is a scary sound mientras mi voz la entona.

I look into the sky
And I have to ask why
She’d go and leave me
Oh why do feelings have to die?
Was it all just a sing?
Of what it’s meant to be
Well I’m too exited
The end of this can be sighted
She’s over due for a break up
I better go she blows my brains out
Silence is a scary sound…

1 comentario:

  1. shadjfxabhfjhg :'(
    Se a muerto
    WHY!!
    Odio al hermano y a la madre de Alex!
    Son jehsdgcbahgb pa matarlos!
    Q me encanta vale :D

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